domingo, 11 de mayo de 2008

Nos vemos en las barras

13 de mayo 1949-2008
A 59 años de la muerte en el exilio de Carmen Lyra

Este martes a recordarla en la Asamblea Legislativa

Lugar: depende de San Pedro, si llueve en las barras, si no llueve en el bulevar del pueblo
Hora: 4 de la tarde
Contaremos con la presencia de nuestra gran poetiza Julieta Dobles


Por que si "la información" no es veraz,
"la información" se quema.



Por favor déle divulgación a este mensaje.
CPBarras

CARMEN LYRA:
Aportes a la Sociedad Costarricense y a la Educación

Claudio Monge Pereira

De la siguiente manera, mediante una carta personal, el señor Juan Luis Campos, le comunica a don Joaquín García Monge el fallecimiento de Carmen Lyra:
« Murió, Isabel Carvajal, lejos del sufrido pueblo costarricense, pero convencida de que nosotros seguiremos la batalla, agitando la bandera revolucionaria, antiimperialista y popular; de que su ejemplo, su virtud, su corazón nutren nuestras acciones. » (1-50)
Pero no murió, como aseguraban sus compañeros obreros. Ella fue desterrada viva, y así quedó para siempre en el corazón del proletariado costarricense, que la despidió personalmente mediante una pequeña delegación, en el viejo Aeropuerto de la Sabana.
La Historia de la Humanidad nos enseña que solamente los genios y los revolucionarios, que resisten la prueba del tiempo y los acontecimientos, siguen después de muertos, inspirando y organizando a sus compañeros y compañeras. Ellos y ellas continúan, desde la quietud de sus páginas o desde la escena de sus actos, sembrando la inquietud en las mentes y en los corazones de las sociedades. Es desde la inmortalidad de esas acciones que se promueve la terrenalidad de sus ideales. Y por ello es que seguimos hablando de la " Niña Chabela " como si ella estuviera a nuestro lado permanentemente, vigilando lo que hacemos y por quiénes lo hacemos; indicándonos con su dulce y suave voz cuál es el camino de la justicia para todos los seres humanos. Y muy en especial para la infancia costarricense, de la cual ella se erigió por sus obras literarias y su praxis, en madre espiritual y conductora pedagógica
Es una tarea sumamente difícil separar la labor de Carmen Lyra por secciones o áreas de interés, porque la labor de ella, más que la de ningún otro educador de su época, fue una tarea absolutamente integral e integradora. Y esto se debe, principalmente, a su extraordinaria capacidad para comprender y aceptar que la labor pedagógica, es una tarea científica que no se desliga de las otras actividades del ser humano; como por ejemplo, la ideología, la política, el arte, la literatura, la religión, la soberanía o el amor.
Probablemente esto hizo que ella, ya Maestra, disfrazada de muchacho callejero dirigiera la quema del diario oficial de la tiranía de los Tinoco; dando muestra fehaciente de que un educador debe saber, en el justo momento y cuando la Patria lo reclame, cambiar el pupitre que es la trinchera de la ciencia, por cualquier otra actividad que posibilite y garantice que la Patria; seguirá esgrimiendo los libros y los arados en señal de civilización.
No escatimó ningún esfuerzo para fundar una universidad obrera, que abriera las puertas de la academia a la sabiduría obrera y popular; para que ambas se complementaran, demostrando que una escuela separada de la vida real es poco o casi nada lo que puede hacer con éxito.
Sabía a plenitud Carmen Lyra, que la escuela es el fiel reflejo de la sociedad en que ella está inserta y funciona; que todo lo que suceda en esa sociedad afectará negativa o positivamente la labor del educador en el salón de clases; que la desnutrición y las condiciones higiénicas que ostenta el ser humano, son premisas claves para un adecuado desarrollo pedagógico. Que cuando el hogar está destruido por las lacras que se derivan de las enfermedades sociales, el ser humano, más allá de los libros y los recursos didácticos, reclama justicia y espacio para respirar sin contaminaciones. Sabía bien que en la institución educativa se le puede suministrar a la infancia arroz y frijoles hasta en el período de vacaciones; y que se le puede suministrar un uniforme o remendarle el raído, pero sobre todo sabía que se trata de propiciar y promover el cambio de aquellas condiciones estructurales y superestructurales, que eternizan y justifican las diferencias económicas, sociales y culturales entre los seres humanos.

Para leer más en La Chispa del Zurquí

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